lunes, 4 de marzo de 2013

Anto todo, consecuentes

El excelentisimo señor ministro de interior, Fernandez Diaz ha soltado la penultima bomba de humo del PP, los matrimonios son para perpetuar la especie y no hay que proteger del mismo modo, por este motivo, a matrimonios homosexuales y matrimonios "naturales".

Vamos ha hacer que nos caemos, que entramos al trapo, que por un momento, nos olvidamos de Bárcenas, de su finiquito simulado, de los globos de Ana Mato, de los Jaguars que se encuentra en el garaje de forma sorpresiva su marido, de los sobres que corren por génova.....si, ya, mucho que olvidar, pero vamos a caer.

Ante todo, a este hombre le está cayendo encima de todo cuando tiene razón. Viendo que la especie humana está retrocediendo en número en todo el mundo, el hombre anda preocupado ante el inminente peligro de extinción.

Por ello se entiende que a los matrimonios se les exija el deber de perpetuar la especie. No se puede tratar igual a un matrimonio homosexual que es una via muerta genética. Los poderes publicos han de legislar antes de que nos alcance el desastre, el apocalipsis humano.

Por ello, el señor ministro deberia ir un poco más lejos. Las mujeres no fértiles´por cualquier problema médico, deberian tener vetado el matrimonio. Si el matrimonio tiene como última misión la procreación, estas mujeres no son aptas. Antes del matrimonio, la iglesia deberia pedir un estudio médico de fertilidad. Los recursos son escasos y hay que aprovecharlos. De la misma manera, ha de ser causa justificada de divorcio la llegada de la menopausia. Se podrá legislar aquello de cambiar una de 40 por dos de 20. Al fin y al cabo, la vida reproductiva del hombre es mayor, y el matrimonio de una mujer infertil es igual de útil que una nevera en el polo.

La iglesia es otra de las instituciones que hay que cambiar. Los curas y monjas son recursos desaprovechados en aras de la reproducción de la especie. Si todos nos hacemos religiosos, la especie se acaba en 40 años. Una vez al mes, las monjas visitarán a los curas para celebrar la perpetuación de la especie. Una semana antes se realizarán reuniones de TupperSex en los conventos de clausura, por aquello de favorecer el ambiente.

Se darán premios de fertilidad a las mujeres que más hijos tengan, para reconocerles su esfuerzo para con todos nosotros.

Todas estas medidas se harán para favorecer el matrimonio "natural", porque "matrimonio" es de lo más "natural", en contra de esa depravación inútil del matrimonio homosexual. Porque ante todo, hay que ser coherente.

Y así, por un momento, nos hemos olvidado de toda la porqueria que va arrastrando el PP por las esquinas, nos hemos olvidado de que no hay nada natural (y aquí recomiendo encarecidamente un magnífico libro "no es natural" de Josep Vicent Marques), nos hemos olvidado que la religión es algo particular, que el estado es laico y que deben caber todas las religiones en ese estado. Nos olvidamos que la moral privada, es privada, que la obligación de convivir es una opción personal e intrasferible de cada uno, y que dejar vivir al aire de cada cual ha de ser público y general. Que existan matrimonios homosexuales no afecta a los demás matrimonios heterosexuales o "naturales", más allá de la envidia, y después de todo, las últimas estadísticas nos tranquilizan en cuanto a la futura extinción de la especie.

Pero como cortina de humo, no tiene precio. Ahora a por la siguiente, que hay mucho que tapar.

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